La clave de la felicidad genuina no está en ser lo que otros esperan de nosotros, sino en ser nuestra versión más auténtica sobre la moto. Acepta tu propio ritmo, celebra tus fortalezas y no te compares con nadie.
La felicidad no es una meta, sino el camino que recorres, y solo serás verdaderamente feliz cuando tengas el valor de ser tú mismo, en tu propio camino, en tu propia aventura.